martes, 8 de mayo de 2012

Ego.


No comparo mi vida con la de los demás.
No veo vuestra realidad, ni vosotros la mía.
Somos completamente diferentes e iguales al mismo tiempo.
Humanos.
Y aunque intente negarmelo continuamente la diferencia es obvia. Las personas superan a la gente. El alma gana por mayoría absoluta, dejando a un lado a la mente.
Patético.
Es patético oír el grito de la gente llamando a la tolerancia, suplicando por la igualdad.
Cuando desde pequeños se nos enseñó a superar a los demás, a ser únicos.
¿No es esa una muestra de superioridad?
Las mentes son un mundo y las almas el infinito.
No compares un cuerpo vacío con un alma llena de vida e historia.
Vamos... ¿A que tenéis miedo?
¿A avanzar? ¿A superaros a vosotros mismos?
Cada persona es un mundo, por supuesto. Pero vosotros, cuerpos vacíos, aquellos a los que yo llamo gente.
Sois la clara imagen del fracaso.

La supremacía existe.
Dejad de pensar en ese estúpido mundo rosa. Dudo totalmente que queráis un verdadero comunismo y no entro en tema político, en absoluto. Me refiero a una homogeneidad absoluta.
Somos egoístas, ególatras, avariciosos, inconformistas, ambiciosos, poderosos.
Todos, en una mínima medida.
Y ahora mírame a los ojos y dime que no quieres superar a tu sombra.

Alberga un alma y tendrás un tesoro.
Ten un cuerpo y no albergarás nada