No soy lo suficiente como para que te quedes aquí. No puedo pararte.
¿Pero acaso no sería demasiado egoísmo? ¿O es que realmente no valgo para ello?
No puedo salvarte, no quieres mi salvación.
Pero... ¿Dejarte ir significaría rendirse?
Hasta que punto tengo que seguir a mi orgullo.
Tu felicidad antes que la mía. Llevo meses haciendolo al revés. Fingiendo comprender una situación que me consume. Cuando tu ni siquiera conoces la felicidad, puede que yo tampoco la comprenda.
Sin embargo, estamos obligados a seguir un camino que nos separa aún mas. Realmente estamos solos, somos igual de capaces de abandonarnos.
Y aunque te cedería mi fuerza no serviría para nada.
Nada lo haría. Estamos condenados al fracaso.
Huye, acabaré destruyendote a ti también.
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